OCDE pide a Centro y América del Sur aumentar niveles de inversión
Se mantuvo la inversión total en sólo el 20% del PIB en promedio en 2022, frente al 23% del PIB en las economías de altos ingresos
Los países de América Latina y el Caribe deben aumentar los niveles de inversión para lograr un desarrollo más sostenible, por lo que deberían poner en marcha una serie de estrategias proactivas con las que acelerar el progreso económico y social y remediar desafíos estructurales persistentes.
Esta es la principal conclusión del informe “Perspectivas Económicas de América Latina 2023: Invirtiendo para un desarrollo sostenible”, presentado este viernes por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) en la sede de la Cepal en Chile.
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Según los resultados de la 16ª edición del informe, los países de la región ofrecen oportunidades en sectores tan variados como manufacturas relacionadas a la industria de:
- salud
- agroindustria
- turismo sostenible
- energías renovables
¿De dónde vienen los niveles de inversión?
De acuerdo con el documento, en los últimos años, la región trajo niveles relativamente altos de inversión extranjera directa.
Incluso cuando la inversión extranjera directa mundial disminuyó un 24% en 2022, los flujos de entrada a los países de América Latina y el Caribe aumentaron un 55%, alcanzando casi los 225 mil millones de dólares.
Estos flujos son importantes para impulsar la productividad y la innovación.
En cifras, se mantuvo la inversión total en sólo el 20% del PIB en promedio en 2022, frente al 23% del PIB en las economías de altos ingresos y el 40% en Asia emergente y en desarrollo.
Nueva agenda de inversiones
En consecuencia, la OCDE instó a adoptar una nueva agenda de inversiones para impulsar el crecimiento, crear más empleos formales y avanzar hacia un desarrollo más sostenible.
Para alcanzar este objetivo será necesario mejorar el clima de negocios y de inversión, así como la gobernanza pública mediante regulaciones eficientes.
Del mismo modo, los países de la región deberían fomentar sectores estratégicos clave con importantes oportunidades de crecimiento y creación de empleo.
Entre los rubros que destacan son la agricultura y sistemas de alimentos sostenibles, las energías renovables y salud y la economía del cuidado.
Enfocar la inversión en infraestructura de telecomunicaciones, agua, transporte sostenible y energías limpias será clave para lograr salir de las bajas cifras de crecimiento.
Esta nueva agenda de inversiones debe apoyarse en políticas destinadas a promover la transformación productiva y mejorar la financiación y el capital humano.
Para esto es fundamental alinear esta agenda de inversiones con las políticas de desarrollo productivo, mediante una estrecha colaboración entre los sectores público y privado y el mundo académico, tanto a nivel nacional como subnacional.
También será primordial mejorar la financiación de la inversión mediante una mejor orientación del gasto público, o adoptando marcos fiscales más sólidos.
Al mismo tiempo, se debería centrar aún más el apoyo de los bancos regionales de desarrollo en las pequeñas y medianas empresas y fomentar la expansión de instrumentos de deuda innovadores, en particular los bonos verdes, sociales, sostenibles y vinculados a la sostenibilidad.