Suspenden operaciones de Ferri entre El Salvador y Costa Rica
El mismo director ejecutivo de la empresa había dicho que, para finales de septiembre, el barco solo estaba moviendo entre el 10 y el 15 % de su capacidad
El gerente general de Marina Intercontinental (Marinsa), Óscar Álvarez informó que el ferri entre El Salvador y Costa Rica, que buscaba impulsar una ruta marítima comercial entre ambas naciones, suspendió operaciones de manera indefinida.
La noticia también fue confirmada por el empresario salvadoreño Sidex Payss, quien está al frente de la compañía de transporte RGT y es cercano a Michael Volks, el director ejecutivo de la dueña de la nave, Blue Wave Corporation.
Según Payss, la decisión se tomó por dos factores.
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El primero es el bajo volumen que tuvo el negocio, pues nunca terminó de zarpar. En efecto, el mismo director ejecutivo de la empresa había dicho que, para finales de septiembre, el barco solo estaba moviendo entre el 10 y el 15 % de su capacidad.
Debido a esa escasa demanda, tuvieron que reducir la frecuencia semanal de dos a un viaje. Desde el inicio de operaciones, el 11 de agosto de 2023, hasta el final, el Blue Wave Harmony nunca tuvo ocupaciones superiores a un cuarto de su capacidad.
Además hubo ocasiones en que viajó vacío entre las terminales de La Unión (El Salvador) y Puerto Caldera (Costa Rica).
Silvia Cuéllar, presidenta de la Corporación de Exportadores de El Salvador (Coexport), reconoció el miércoles a The Associated Press la baja demanda durante los cuatro meses en que estuvo abierto el servicio de transporte, pero no consideró el proyecto como un fracaso.
Aseguró que requería “un periodo de maduración”. El Blue Wave Harmony, un buque de bandera panameña con capacidad de 22.986 toneladas y 100 tráileres por viaje, fue presentado el pasado agosto por el gobierno como una reactivación del Puerto La Unión de El Salvador y una ruta comercial alternativa al transporte terrestre hacia Puerto Caldera, en Costa Rica.
¿Por qué fracasó el ferri entre El Salvador y Costa Rica?
Para Raúl Alfaro, presidente de la Asociación de Transportes Internacionales de Carga (Astic), la tarifa fue excesiva.
“Se lo dije al CEO (de Blue Wave), aquí pusieron una tarifa de $1.360 (por unidad de transporte). Les hice un análisis de que el costo del transporte terrestre, la tarifa, iba a cobrar $900, con $500 que yo cobrara (el transportista), eran los $1.400 que tenía el transporte terrestre. Salían ‘tablas’. Yo les dije que el costo no era el adecuado”, relató, aunque reconoció que se quitaba el riesgo de sufrir un accidente o un atentado en la vía terrestre. Para este dirigente transportista, la suspensión del ferri es un fracaso y muestra de que no es posible reactivar la ruta comercial. “Aquí alguien les hizo creer que iba a ser un éxito y se embarcaron”, indicó a la AP.
Para Napoleón Campos, analista de relaciones internacionales, el “fracaso” del ferri puede tener razones técnicas pero también políticas y de confianza internacional.
Consideró más factible la operación si la ruta se fijaba por embarcaciones menores, con tarifas más baratas y un recorrido diario.
“Barcazas medianas tenían mejor chance de llenar su cupo sobre todo en cortísimo tiempo tanto en mercancías, vehículos particulares y viajeros”, señaló a la AP.
Según su análisis, el principal talón de Aquiles del ferri estaba en que sus tarifas oscilaban entre los $1,145 a $1,360 por contenedor, dependiendo del tipo de vehículo.
A eso había que sumarle los $900 que debían pagarse para transportar las mercancías, por ejemplo, de San Salvador al Puerto de La Unión.
Con ello, la factura superaba los $2,000 por contenedor, mucho más que los $1,400 que cuesta por tierra.
Mario Morán, presidente de la Asociación Salvadoreña de Agentes de Carga (ASAC), afirmó que a todo su gremio lo excluyeron de la apuesta del ferri, pues no hubo un plan.